cubano que abrió fuego contra embajada de Cuba dijo temer al crimen organizad

AP / WASHINGTON
Un cubano que solicitó asilo en Estados Unidos abrió fuego con un fusil AK-47 contra la embajada cubana en Washington, rociando la fachada del edificio con casi tres docenas de balas porque quería “echarles el guante antes de que le echaran el guante a él”, según papeles de la corte.
Alexander Alazo, de 42 años, residente de Aubrey, Texas, fue detenido poco después del ataque del jueves por la madrugada en el noroeste de la capital estadounidense.
Las balas perforaron la estatua de bronce del prócer cubano José Martí, así como las columnas y la fachada del edificio ubicado en una calle muy transitada del sector Adams-Morgan. Había varios agujeros de bala en el cristal que rodea la puerta, que quedó astillado, y también vidrios rotos y trozos de madera de la puerta sobre el piso de mármol de la entrada.
El embajador cubano José Cabañas dijo que, al momento del ataque, en la sede diplomática se encontraban siete personas, principalmente personal de seguridad. Hizo notar que en un día común habría habido unas 50 personas en el edificio, y que había casquillos cerca del lugar donde se sienta la recepcionista y donde dignatarios extranjeros y otros visitantes se reúnen en el vestíbulo.
“Si esto hubiera ocurrido a mediodía hubiera habido una matanza”, afirmó Cabañas el viernes mientras le mostraba los daños a periodistas de The Associated Press.
Alazo, quien le dijo a los investigadores que nació en Cuba y sirvió en el Ejército cubano, se mudó a México en 2003 y solicitó asilo político en Estados Unidos unos años después. Regresó a la isla en 2014 para predicar en una iglesia y comenzó a ser amenazado por grupos del crimen organizado allí.
El cubano, que durante varios meses estuvo viviendo en su automóvil y trasladándose de estado a estado, condujo a Washington el miércoles para atacar la embajada cubana “porque quería echarles mano antes de que le echaran mano a él, refiriéndose al gobierno cubano, por las constantes amenazas del grupo cubano del crimen organizado”, según papeles de la corte.
La policía cree que Alazo había estado durmiendo en paradas de descanso en las carreteras y en estacionamientos durante al menos nueve meses porque dijo creer que personajes del crimen organizado cubano andaban tras él y quería proteger a su familia.
Alazo le dijo a los investigadores que había recibido tratamiento en un hospital psiquiátrico y que su esposa, que es enfermera, le había dicho que lo solicitara después de que empezó a oír voces. Le recetaron medicamentos en marzo después de una visita a una instalación psiquiátrica, pero él no “se ha tomado sus medicinas como debiera”, se afirma en los mismos papeles.
Adquirió una pistola Glock 19 en Texas, pero hace aproximadamente un mes la canjeó por un AK-47 porque pensaba que el fusil le ayudaría a proteger mejor a su familia, le dijo a los investigadores. Condujo a Washington y, cuando llegó a la embajada alrededor de las 2 de la madrugada del jueves, comenzó a gritar e intentó prenderle fuego a una bandera cubana, pero no lo logró, dice el expediente.