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Di María es dejado fuera de la selección Argentina por el técnico Scaloni

ARGENTINA, Yahoo/Noticias.- Ángel Di María podría rendirse. Di María podría olvidarse de la selección argentina, podría dejarla en el pasado. Podría quedarse con este presente de plenitud, vigente en Paris Saint-Germain, orgulloso de haber sido el futbolista argentino más relevante del cierre de la temporada 2019/20.

El mejor a los 32 años, cuando naturalmente la generación de Lucas Ocampos, Lautaro Martínez y Paulo Dybala acelera la renovación. Sí, mejor que el ‘Enano’, como le dice cariñosamente a su amigo Lionel Messi. Únicamente Di María integró la formación ideal de la última Champions League, la que se le atragantó a PSG en el último sorbo frente al inspirado músculo de Bayern Munich.

Pero Di María está obsesionado con la selección. «La puerta de la selección me la va a tener que cerrar alguien, yo no», le contó hace unos meses a LA NACION. «Quiero ganar algo con esta camiseta. Voy a venir hasta conseguirlo o hasta que me echen», completó. ¿Un presagio? En cada convocatoria espera con la ansiedad de aquel primer llamado de ‘Coco’ Basile en 2008, después de convertir el gol en la final olímpica de Pekín.

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Pero después de la Copa América de Brasil 2019, en la que se convirtió en el sexto jugador de la historia de la selección en superar los 100 partidos -102, con 20 goles-, ya no regresó. No participó de ninguno de los seis amistosos posteriores. Desapareció del radar del técnico Lionel Scaloni, que la semana pasada tampoco lo incluyó entre los 30 argentinos del exterior que comenzarán el 8 de octubre las eliminatorias sudamericanas rumbo a Qatar 2022. Que no figure Di María ni entre tres decenas de apellidos parece difícil de sostener con argumentos futbolísticos.

Desde el entorno cercano a Di María le cuentan a LA NACION que el jugador está molesto. Hasta hace algunos meses lo envolvía la sorpresa, pero ahora ya es fastidio. Siente que hace muchos meses que mantiene un muy buen nivel en PSG y, sin embargo, no le alcanza ni para ser convocado. «¿Qué más puede hacer? Ya no es una cuestión deportiva, será algo privado», sueltan desde sus proximidades. El 24 de agosto, hace menos de un mes, Di María fue la pieza más desequilibrante de los franceses en la final de la Champions. No vive del pasado. Su temporada pasada quizás haya sido la más completa desde que en 2007 desembarcó en Europa, comparable con la 2013/14, cuando sí conquistó la ‘Orejona’ con el Real Madrid de Carlo Ancelotti, Cristiano Ronaldo, Bale, Benzema, Modric y Sergio Ramos.

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Scaloni es muy cuidadoso en sus declaraciones. Siempre alentó que Di María tiene las mismas posibilidades que el resto, pero ese 6 de julio de 2019, en San Pablo, en la victoria 2-1 frente a Chile por el tercer puesto, ha sido hasta el momento la última página. La tarde de la tarjeta roja a Messi, que enojado con la Conmebol no acudió a la entrega de las medallas. Por cierto, en la premiación, Di María fue el elegido para recibir la distinción que testimonió el acceso de la Argentina al podio.

¿Por qué no llaman a Di María para la selección? «Tendrías que estar adentro para entenderlo», le susurró a LA NACION una fuente muy cercana al cuerpo técnico. La frase le da la razón al círculo estrecho del jugador: el tema no es futbolístico. Tampoco la edad, lo certifica el primer llamado en el ciclo de Scaloni para Alejandro Gómez, por ejemplo, también de 32 años. ‘Papu’ nació el 15 de febrero de 1988, un día después que… Di María.

Entonces, ¿por qué Di María no juega en la selección? Para Scaloni, apenas un futbolista puede tener privilegios. Uno solo corta boletos: Messi. Le llama la atención que otros, que en sus equipos aceptan con más naturalidad el rol de complementos para las estrellas, no actúen igual en la selección. La observación es para Di María y para Sergio Agüero (se resintió de la rotura del menisco de la rodilla izquierda), porque no hay que perder de vista que ‘Kun’ estaba retrasado en la consideración de Scaloni. Claro que entre desprolijidades de Mauro Icardi y el bombardeo goleador de Agüero en el Manchester City en el primer semestre de 2019, el exIndependiente forzó que le abrieran las puertas.

Agüero y Di María son un caso especial para Scaloni. ¿Por qué? Es muy difícil torcer una sensación de derechos adquiridos que sienten futbolistas con 10/12 años en la selección. Situaciones difíciles de explicar públicamente para el técnico. Pero con Di María, ni siquiera en privado hubo alguna charla.

Y algo más: el capitán no los presiona porque son sus amigos. Messi no les va exigir nada ni a Di María ni a Agüero en la selección. Entonces al técnico le corresponde aceptar una relación con ciertos privilegios o cortarla. Y aunque Scaloni sabe que Di María es muy bueno y se encuentra vigente, asume el riesgo de no citarlo. Con la confianza de que en la posición apareció un sólido recambio: Lucas Ocampos, figura en Sevilla, de 26 años. Y más atrás se posiciona otra opción: Nicolás González, de 22 años, exArgentinos, que se desempeña en Stuttgart, de la Bundesliga.

Vale una observación. Desde el exterior de esas cuatro paredes que describen como tan reveladoras, no se advirtió que Di María recortara su compromiso. Pudo no destacarse, como en la Copa América de Brasil, pero no se le conoció un ademán irrespetuoso o falta de esfuerzo en la cancha. Justamente en Brasil, tras perder la titularidad luego del primer tiempo contra Colombia, en el debut, desde su nuevo estatus de suplente no alentó ningún conflicto. Jugó 24 minutos con Paraguay en el segundo encuentro; ni entró frente a Qatar y Scaloni le ofreció media hora con Venezuela, por los cuartos de final. Incluso, entonces el DT le regaló palabras elogiosas: «El ingreso de Angelito, que es un chico para resaltar porque está siendo de los que más trabajan y no estaba jugando, estuvo bien. Nos puede dar mucho. Es desequilibrante, de primerísimo nivel».

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En las semifinales, el rosarino volvió a ingresar otra media hora con Brasil, y días después jugó muy buenos 25 minutos finales contra Chile, en el mencionado cotejo por el tercer puesto. Nunca más recibió una convocatoria, mientras en PSG sostuvo una alta producción para que los franceses arrasaran con todo. Hasta el intratable Bayern Munich de Flinck.

Di María comenzó a intuir algo en los últimos meses. Demasiado silencio. En junio, en una entrevista con L’Equipe, señaló sobre la selección: «Acabo de terminar una excelente temporada y no me han llamado ni una sola vez». El domingo pasado, tras brillar ante Niza -gol y asistencia-, pareció mandar un mensaje por Instagram: «Pase lo que pase jamás bajaré los brazos, jamás lo hice, menos ahora. Siempre luché y lucho por mis objetivos y mis sueños, ahora más que nunca con la frente en alto a seguir, seguir y seguir…». Abierto a mil interpretaciones. ¿Le apuntó a Scaloni?

Di María ha compartido el plantel con Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney, Zlatan Ibrahimovic, Mbappé y Neymar, entre tantos cracks. Durante 13 temporadas en Europa, siempre se las ingenió para jugar. En PSG, cada año la competencia interna aumenta, y él se sostiene con un juego incluso más versátil, no sólo eléctrico por las bandas, sino también cerebral en posiciones internas. En la temporada 2016/17, PSG incorporó al alemán Julian Draxler (36 millones de euros) y al portugués Gonçalo Guedes (30). En la siguiente llegó Neymar (220). En la 2018/19, Mbapé (145). Y el último año, Pablo Sarabia (18) e Icardi (50). Todos atacantes, pero no lo desplazaron del equipo.

La contratación de nuevas figuras jamás se detiene para el grupo qatarí conducido por Nasser Al-Khelaïfi. Pero siempre juega Di María. En 224 partidos en cinco temporadas con PSG, lleva convertidos 83 tantos y entregó 93 asistencias. Ganó 16 títulos. Clave en la estructura, tanto con Laurent Blanc como entrenador en su primer año, luego con Unai Emery dos temporadas, y las dos últimas con el alemán Thomas Touchel. Al que no puede convencer es a Lionel Scaloni.

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